Todos queremos criar lo mejor que podamos a nuestros hijos, pero no es un proceso directo, especialmente cuando mamá y papá no están de acuerdo respecto a la normas, la disciplina o el trabajo en casa. Pero las decisiones que tomamos no afectan a nuestros hijos tanto como la forma en que trabajamos con nuestra pareja para manejar las situaciones.

A continuación se presentan algunos consejos que me hubiese gustado saber cuando mis hijos estaban creciendo.

  1. Recuerda lo que deseas para tu hijo a largo plazo

    Cuanto más tú y tu pareja puedan mantenerse enfocados en objetivos comunes y a gran escala para sus hijos (tales como ser adultos éticos e independientes), más pueden priorizar sobre lo que vale la pena discutir. Si no afecta las metas a largo plazo, no habría que considerarlo un problema. Sí, posiblemente tu hijo se ponga dos calcetines diferentes para ir a la escuela, pero ¿vale la pena discutir por eso? Recordar lo que deseas para tus hijos a largo plazo te ayudará a evitar discutir por cosas pequeñas.

  2. Acepta a tu hijo tal como es

    No descargues la frustración que te causa un rasgo de la personalidad de tu pareja en tu hijo quien heredó el mismo rasgo. Aceptar a los miembros de la familia como son puede ser un desafío, pero cuando adoptas ese cambio de perspectiva, muchas tensiones diarias se alivian. Y los niños que son amados por lo que son crecen teniendo confianza en sus propias fortalezas.

  3. No subestimes el poder de los bajos niveles de azúcar

    El cerebro funciona con glucosa. La glucosa baja disminuye las funciones cognitivas y aumenta los estallidos emocionales, en niños y adultos. Así que no tengas un gran debate con el estómago vacío.

  4. Habla con tu pareja de lo que les preocupa

    Tu hijo no puede oírte llamándole 10 veces a la hora de la cena cuando está sentado en la habitación de al lado, pero escuchará el menor susurro si es algo que tú no quieres que él escuche. Haz lo que sea necesario para tener momentos privados con tu pareja para discutir sus preocupaciones sobre la crianza de tu hijo, donde los dos puedan hablar honesta y abiertamente.

  5. Todos tenemos malos días

    Ya sea que tengamos 2, 32 o 72 años, algunos días la vida es simplemente difícil de sobrellevar. Los padres con frecuencia entienden instintivamente esto acerca de los niños. Ten la misma consideración con tu pareja y acepta que algunos días tu pareja simplemente va a estar de malas. Sé muy amable ese día, y tal vez tu pareja será amable contigo cuando tú tengas un mal día.

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    Cuando una discusión se intensifica, recuerda que no toda llama necesita ser avivada hasta que haga erupción. Algunas veces, es más fácil simplemente alejarte en el calor del momento. Y un poco de perspectiva siempre es saludable. Pero el problema no desaparece solo porque lo evites en el momento, así que planea tratar de resolver las cosas posteriormente cuando estés calmado.

  7. Aprende a reírte

    Más que cualquier cosa, ver el humor en las situaciones desvía la ira, la tensión, la vergüenza y más. La vida familiar con frecuencia es absurda. Puede ser una difícil elección entre reír o gritar, pero los resultados son drásticamente diferentes. Además, cuando eliges la risa, estás enseñándole a tu hijo a ver el aspecto positivo en los problemas cotidianos.

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