Nadie sabe con exactitud cómo o cuándo volverán nuestros niños al aula de clases o cuáles serán las medidas preventivas que las escuelas tomarán para limitar la transmisión del COVID-19. Lo que sí sabemos es que cuando se reinicien las clases presenciales, lo más probable es que todos los aspectos del día a día escolar se vean afectados. ¿Los aspectos clave que debemos demostrar a nuestros hijos? Calma, flexibilidad y la voluntad de seguir los pasos necesarios para asegurar el bienestar de todos.
De 2.º a 5.º grado
Durante esta etapa del desarrollo, los niños suelen mostrarse extremadamente sociales y sensibles a lo que piensan sus compañeros y padres. Podrían mostrarse hipercríticos, hacia sí mismos y hacia los demás, y podrían parecer obsesionados con las reglas. Además, puede que tengan muchas preguntas sobre cuán seguros están. Para evitar preocuparlos, procura que tus respuestas sean tranquilas y empáticas. Si no sabes la respuesta, no tengas miedo de decir “no lo sé”. Sobre todo, escucha sus miedos y sentimientos.
¡No soporto la mascarilla!
Si el uso de la mascarilla es obligatorio en la clase de tu hijo, puede que este se resista a la idea, sobre todo si ha pasado la mayor parte del verano en casa donde no necesitaba usarla. Asegúrate de que la mascarilla le resulte cómoda, y considera organizar una (aquí tienes un breve tutorial sobre cómo hacer mascarillas de tamaño personalizado para niños). Permítele decorar su propia mascarilla con pintura de tela o marcadores. Si no eres bueno para las manualidades, considera una expedición de compras por internet donde tu hijo pueda que prefiera.
¡Las reglas no dejan de cambiar!
A esta edad, a los niños les gusta saber cuáles son las reglas, y tienen poca tolerancia a inconsistencias de parte de los adultos que los rodean. Los cambios de opinión o incertidumbre con las nuevas reglas y regulaciones podrían ser objeto de objeción, sobre todo para los niños de mayor edad. Sé honesto con tu hijo y explícale que los científicos están estudiando las mejores formas de mantenernos a salvo, y que esta es una investigación en curso. Aunque puede que hasta tú tengas ganas de hacer un berrinche, es una buena oportunidad de demostrarle a tu hijo una habilidad muy importante para la vida: cómo manejar con calma una situación incierta.
¡Mi mejor amigo no está en mi grupo!
En algunas escuelas, puede que los niños sean divididos en pequeños grupos con los que estudiarán, comerán y jugarán; la idea es minimizar el alcance de la infección en caso de que un niño se enferme. Si tu niño es muy sociable y no está satisfecho con su grupo, mantén un diálogo abierto con el maestro de tu hijo sobre cualquier conflicto, pero muestra empatía ante el gran desafío que enfrentan los maestros hoy en día. Además, ayuda a tu hijo a establecer horarios para comunicarse con sus otros amigos de forma virtual, de ser posible.
¡Sin empujones!
De la misma forma como deben controlar sus demostraciones espontáneas de afecto, los niños también deben frenar el impulso de derribarse, golpearse, empujarse o jugar a las luchas. El ejercicio es el bálsamo que tu hijo necesita, tanto para liberar sus sentimientos y energía reprimida como para preparar a su cerebro para el aprendizaje. Dedicar tiempo después de clases a correr a toda velocidad al aire libre o bailar de forma desenfrenada con un video de ejercicios en YouTube puede ayudar a tu hijo a liberar algo de estrés.
El lado positivo de la situación
A nivel mundial, niños de todas las edades se encuentran experimentando el estrés e incertidumbre de la pandemia. Y nosotros, como padres, sentimos el dolor de cada fiesta de cumpleaños virtual, de no poder salir a jugar con sus amigos y de los días solitarios sin mucho que hacer. En medio de todo el estrés y la tristeza, vale la pena recordar que los jóvenes poseen una increíble capacidad de adaptación: son criaturas de cambio, creatividad y capaces de arreglárselas con las muchas o pocas herramientas a su disposición.
En este momento, muchos niños están descubriendo un tesoro que durará toda la vida. Están aprendiendo que tienen amplios suministros de resiliencia, hermanos que aman y la habilidad de aprender cosas que nunca imaginaron. Un adolescente comienza a escribir un diario. Otro niño hace una cesta de golosinas para los repartidores. Un estudiante de escuela intermedia tiene la oportunidad de pasar tiempo de calidad con su padre, quien suele estar saturado de trabajo. Los niños se están adaptando al mundo tal como es, y no como nosotros esperábamos que fuese. Y en este aspecto, están mejor capacitados que nosotros para enfrentar la situación. Por lo tanto, a medida que avanzamos hacia un otoño lleno de incertidumbres, presta atención a las pequeñas victorias que tu hijo sin duda está experimentando y celébralas. Pues estos serán los momentos de aprendizaje que lo marcarán de por vida.
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