El problema: El temperamento de mi niño lo mete en problemas.
Observa los detonantes.
Prueba esto
Presta atención a qué tipo de situaciones desencadenan el temperamento de tu hijo. Tan pronto como se haya calmado, pregúntale con quién o con qué está enojado. ¿Contigo? ¿Con alguien más? ¿Por las tareas? ¿Por la pérdida de un privilegio? ¿Consigo mismo?
Inspira a tu hijo a participar.
Prueba esto
Dale a tu hijo razones convincentes para cambiar su comportamiento. Expresar sus sentimientos de una manera menos ofensiva mejorará sus relaciones con sus compañeros y maestros y puede prevenir altercados peligrosos.
Ponlo en contexto.
Prueba esto
Dale a tu hijo oportunidades para hablar sobre sentimientos complejos y aprender un nuevo vocabulario emocional. Mira una pelÃcula como Twilight (°ä°ù±ð±èú²õ³¦±ô´Ç) donde la ira de un personaje es destructiva, y háblale sobre la vida interior de ese personaje.
Prueba esto
Perforar una almohada, patear un saco de boxeo o rebotar una pelota repetidamente puede ayudar a disipar la ira de tu hijo. ExplÃcale cómo las actividades fÃsicas como respirar profundamente o poner las manos en agua frÃa pueden calmar la parte emocional del cerebro. AnÃmalo a proponer sus propias ideas. Cada vez que pruebe una alternativa, pregúntale si le hizo sentir mejor. Es posible que tengan que probar diferentes métodos antes de encontrar uno que funcione.
Consigue ayuda.
Prueba esto
Si la ira de tu hijo se convierte en agresión hacia las personas, animales o bienes, o si tus intentos de ayudarlo a controlar su ira no funcionan, busca la ayuda de un terapeuta o consejero.
No te involucres en el campo de batalla.
Mejor no
No negocies con tu hijo cuando esté enojado. No es racional en esos momentos y la situación se intensificará si intentas razonar con él en medio de una crisis.
Di
“Quiero hablar de esto, pero esperemos hasta que estemos más tranquilos y podamos tener una conversación”.
No cuentes una historia negativa.
No digas
“¡Estás fuera de control! ¡Vas a terminar en la cárcel de la manera en que vas!”.
Por qué
Si etiquetas a tu hijo como alguien que no puede controlar su enojo, puede llegar a creer que esa descripción de sà mismo es un hecho y sentir que no puede cambiar. Ayúdalo a cambiar su propia historia y verse a sà mismo como alguien que puede tener éxito en aprender a manejar su ira en momentos difÃciles.
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