El Game Boy era su escape. 鈥淢am谩, por favor, d茅jame tener uno鈥, me rog贸 mi hijo durante dos a帽os. A pesar de su insistencia, me mantuve firme y me negu茅 a hacerlo. Hasta que Max (no es su verdadero nombre) cumpli贸 7 a帽os, hab铆a logrado casi por completo que las pantallas estuvieran fuera de casa. No ten铆amos ning煤n dispositivo de videojuegos. Max pod铆a ver una pel铆cula casi una vez a la semana.
驴Por qu茅 me esforzaba tanto en mantenerlo alejado de las pantallas? Por muchos motivos. Por un lado, porque mis padres, que de otra manera ser铆an fabulosos, me dejaron ver demasiada televisi贸n, por horas todos los d铆as. En retrospectiva, desear铆a que me hubiesen sacado de mi estupor para leer m谩s y explorar otros intereses, y no puedo evitar preguntarme si eso me hubiese dado una mayor ventaja acad茅mica.
Principalmente es porque conozco a mi hijo. Las pantallas tienen un efecto m谩gico en 茅l; las encuentra m谩s fascinantes que los libros, los patios de juegos, el tiempo con sus padres, la pintura: todas las cosas que amaba cuando era un ni帽o m谩s joven. En las jugueter铆as, cuando era muy peque帽o, se dirig铆a inmediatamente a las computadoras de pl谩stico para beb茅s. En casa, ten铆a miedo de que si dejaba conscientemente que mi hijo fuera absorbido por el mundo de la alta tecnolog铆a, nunca lo recuperar铆a.
Aspiraciones amish, realidades modernas
Tal vez hubiese tenido un mejor resultado, como algunos padres resistentes que conozco que mantuvieron a sus hijos casi completamente libres de tecnolog铆a, si mi esposo y yo estuvi茅ramos de acuerdo en este tema. 脡l acepta la mayor铆a de mis filosof铆as de crianza, pero no aceptar铆a mi deseo de sacar los televisores y computadoras de nuestra casa.
Un d铆a fat铆dico, haciendo cola en nuestra taquer铆a local, Max vio a un ni帽o m谩s grande jugando con un Game Boy. Max fue inmediatamente a su lado y no pod铆amos quitarlo de all铆. Cuando finalmente lo hicimos, me rog贸: 鈥淢am谩, por favor, d茅jame tener un Game Boy. Har茅 cualquier cosa si me dejas tener uno. Todos los chicos de mi clase tienen uno. Es lo 煤nico que quiero en el mundo鈥.
Negu茅 con la cabeza, esperando evitar una escena en p煤blico. Esperaba que se olvidara del tema, pero Max no ceder铆a. Su s茅ptimo cumplea帽os estaba a solo unos d铆as de distancia. Semanas antes, hab铆a perdido su condici贸n de hijo 煤nico cuando naci贸 su hermana menor. El mismo d铆a, su mejor amigo de al lado se mud贸. Cada vez que le preguntaba qu茅 quer铆a para su cumplea帽os, dec铆a lo mismo: 鈥淯n Game Boy. Solo quiero eso鈥. Durante la cena, mi esposo me dirigi贸 una mirada que dec铆a: 鈥淧or el amor de Dios, deja que el ni帽o tenga lo que quiere鈥.
Ese fue el momento en el que me di por vencida. Pero si ten铆a alguna ilusi贸n de que darle lo que deseaba con todo su coraz贸n resolver铆a el problema, esta desapareci贸 casi de inmediato. Nuestras peleas interminables por la tecnolog铆a acababan de comenzar.
Durante los cinco a帽os siguientes, la sed por tener lo mejor y m谩s reciente nunca era saciada. Desde el Game Boy al DS y el Wii, las peticiones nunca se detuvieron. Hab铆a tenido suficiente cuando pidi贸 una suscripci贸n a World of Warcraft, un juego de varios jugadores en l铆nea contra el cual me advirti贸 una editora de medios de un sitio web sin fines de lucro: 鈥溌unca dejes que tu hijo juegue eso! Es incre铆blemente adictivo鈥, me dijo.
Tal vez un padre cuerdo (como lo era yo antes de que rod谩ramos por esta colina) hubiese dicho que no, en lugar de aferrarse a ciertos l铆mites, dejando que otros se escaparan.
No tengo excusa, excepto que la vida est谩 llena de responsabilidades y compromisos. Algunos d铆as estoy muy ocupada cuidando a su hermana menor o escribiendo art铆culos que deben ser entregados en un corto plazo, y un videojuego o programa de televisi贸n tranquiliza a mi hijo y me siento agradecida por eso. Trato de darme 谩nimos, ya que 茅l no se sienta frente a una pantalla todo el d铆a. Toca el piano. Casi siempre saca A. Es fant谩stico en matem谩ticas y ciencias y tiene un don para la escritura. 驴Qu茅 m谩s puedo pedir?
No siempre puedes obtener lo que quieres
Yo: Max, se supone que estabas haciendo tu tarea. Deja el Facebook/Minecraft/tu iPod.
Max: Solo estoy tomando un descanso.
Yo: Ya conoces la regla. No puedes utilizar las pantallas hasta que hayas terminado tu tarea.
Max: Mam谩, ya estoy a punto de terminarla. Simplemente no quieres que sea feliz. 隆Los juegos de computadora me hacen feliz!
驴Por qu茅 no quiero que sea feliz jugando con sus pantallas? Porque he estado leyendo las estad铆sticas m谩s recientes sobre la adicci贸n a las pantallas y veo cu谩n da帽ina puede ser, especialmente para los adolescentes cuyos cerebros a煤n se est谩n formando y cuyos cuerpos necesitan mucho ejercicio y actividad para mantenerse saludables.
Quiero que haga otras cosas que no sean una actividad que, me temo, le impide experimentar la vida real y usar la mayor parte de su cerebro como sea posible. Quiero que juegue baloncesto en nuestro patio de juegos cercano. Quiero que practique para su pr贸xima lecci贸n de piano. Quiero que juegue como sol铆an jugar los ni帽os. 驴El problema? No hay ni帽os jugando afuera. Los pocos adolescentes en nuestra cuadra tambi茅n est谩n dentro de sus hogares, tambi茅n hacen su tarea de mala gana, tambi茅n discuten con sus padres por estar frente a una pantalla.
Ayuda de emergencia
Este es el problema: realmente me preocupa que mi hijo sea adicto a las pantallas. Parece que no puedo evitar presionar el bot贸n 鈥渆ncender鈥 cuando tiene tiempo libre. Parece que no puede parar y, ciertamente, no quiere hacerlo.
Decid铆 buscar ayuda externa y, 驴d贸nde la encontr茅? En l铆nea, por supuesto. Le segu铆 la pista a un ex adicto a las pantallas que asesora a familias con ni帽os u otros miembros de la familia cuyas vidas han sido dominadas por la tecnolog铆a. Tambi茅n encontr茅 a la co-fundadora del primer centro de adicci贸n a las pantallas del pa铆s, que tambi茅n ofrece asesoramiento privado.
Un rayo de esperanza
Cuando le revelo mis miedos, Kevin Roberts me dice que no me preocupe. , trata sobre su viaje hacia y fuera de la adicci贸n a las pantallas. 鈥淨ue un ni帽o de 13 a帽os juegue muchos videojuegos no es una gran preocupaci贸n鈥, dice Roberts. Si su comportamiento es el mismo a los 15 a帽os, dice, entonces es hora de preocuparse.
Mi hijo tiene muchos intereses y talentos externos, suficientes para desviarlo de convertirse en un verdadero adicto a las pantallas, me dice Roberts, uno que deja de comer y dormir, que miente sobre su adicci贸n y realmente cambia su vida real por una virtual. El truco, agrega Roberts, es ayudar a mi hijo a encontrar un equilibrio. Pero hagas lo que hagas, advierte: 鈥淒eja los rega帽os鈥.
Roberts dice que prohibir las pantallas por completo simplemente no funcionar谩. 鈥淟as personas de nuestra generaci贸n suelen clasificarlos (a los videojuegos) de inmediato como una frivolidad鈥, dice Roberts. Pero los videojuegos y otros entretenimientos de pantalla, argumenta, son parte del mundo de hoy. Para muchos ni帽os, es una parte importante de su vida social. En cambio, aconseja, expl铆cale a tu hijo que sabes que le gustan las pantallas, pero dile: 鈥淐omo padre responsable, necesito que encuentres un equilibrio en tu vida. Aqu铆 tienes algunas opciones. Hablemos de eso鈥.
Esa noche, segu铆 el consejo de Roberts. Le dije a Max que como ya no est谩 escalando rocas o jugando f煤tbol, deber铆a considerar buscar otra actividad f铆sica. No mencion茅 su uso de las pantallas. No le di un serm贸n. Y, 隆sorpresa! 茅l dijo: 鈥淓st谩 bien. Creo que me gustar铆a hacer algo m谩s f铆sico. Tal vez tomar clases de trampol铆n o volver a escalar rocas鈥. 驴Progreso?
Es una droga. Y nosotros somos los traficantes.
Tal vez. Pero lo que gan茅 con la esperanza, lo perd铆 con la desesperaci贸n cuando habl茅 con Hilarie Cash, co-fundadora y directora ejecutiva de en Fall City, Washington. Su consejo fue muy diferente al de Roberts.
鈥淟os padres no se est谩n tomando esto lo suficientemente en serio鈥, me dijo rotundamente. 鈥淟os padres abdican de la responsabilidad. …Ellos tienen que poner l铆mites al uso de sus hijos鈥.
Cash insiste en que, si tu hijo no ayuda con las tareas dom茅sticas, no duerme lo suficiente, no come alimentos saludables y no ve a sus amigos en persona, es hora de preocuparse. 鈥淟as investigaciones son claras: los signos y s铆ntomas de la adicci贸n aparecen cuando las personas pasan m谩s de dos horas al d铆a usando medios recreativos. Eso incluye todo: la televisi贸n, tiempo de pantallas, tel茅fonos inteligentes, Facebook鈥.
Max pasa f谩cilmente m谩s de dos horas usando medios recreativos todos los d铆as, entre su tel茅fono celular, iPod, computadora y televisi贸n. (Dado que el estadounidense promedio est谩 frente a una pantalla siete horas al d铆a, somos una naci贸n de adictos).
Cash tambi茅n me advirti贸 que fuera consciente del tiempo que mi hijo pasa jugando juegos de multijugador. En ese momento me asust茅 un poco porque a mi hijo le encantan los juegos de multijugador. 驴Qu茅 puedo hacer para detenerlo ahora que ha comenzado y ahora que se est谩 convirtiendo en un adolescente normal que a menudo se rebela y se niega a hacer las cosas? 驴La respuesta de Cash? 鈥淒ile: 鈥楬asta aqu铆 llegamos. Estoy harta de pelear鈥欌. 鈥淒ile: 鈥楶ensaremos en dejarte retomar los videojuegos cuando vea que eres un adolescente f铆sicamente activo y responsable que lleva una vida activa鈥欌.
鈥淟os padres no est谩n dispuestos a ser los malos鈥, continu贸. 鈥淣o est谩n dispuestos a decir: 鈥楨sta cosa adictiva que tanto amas se va鈥 … 鈥楨sta es una droga y mi hijo tendr谩 un acceso limitado a esta droga鈥欌.
驴D贸nde nos deja esto a mi hijo y a m铆?
Puede que nunca tenga una respuesta clara a esta lucha; no es blanco y negro. S茅 que Max es tanto un adolescente responsable como uno que usa demasiado las pantallas. Pero estoy de acuerdo con lo que dice Cash de reSTART, que necesito ser el malo de la pel铆cula y no puedo ocultar el sol con un dedo.
As铆 que comenzar茅 teniendo una conversaci贸n seria y honesta con mi hijo. Le dir茅 que las cosas en nuestra casa tienen que cambiar porque las pantallas no van a desaparecer.
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