Los años mágicos

La maestra de preescolar era nueva y nunca había visto algo así. Uno de sus estudiantes, un niño de 3 años, anhelaba ser un perro. Raramente abandonaba su papel perruno. Cuando la maestra le hacía preguntas, el niño respondía con un ladrido. Preocupada, le comentó a la madre que sospechaba que el niño podría ser autista, y le recomendó que fuera evaluado para recibir intervención temprana. La preocupada madre lo llevó a su pediatra, Laurel Schultz.

No había ningún problema con el niño, relata Schultz. “Por algo el período entre los 2 y 6 años es conocido como ‘los años mágicos’. Todo gira en torno a la fantasía e imaginación y deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para incentivarlo, pues es un aspecto importante del desarrollo infantil”. Princesas, superhéroes, animales, monstruos —todos resultan positivos—. “Incluso si los niños se disfrazan de policías y ladrones y usan Legos para construir armas prefiero ver ese tipo de juegos creativos que verlos pasar todo el día frente a la televisión”, señala Schultz.

Los amigos imaginarios pueden ayudar en la vida real

Cuando un niño comienza a hablar (y a “escuchar”) regularmente con su amigo imaginario, algunos padres se preocupan. Sin embargo, si tu hijo tiene uno o varios amigos imaginarios, Schultz aconseja verlo como una expresión de la abundante imaginación del niño. “La cosa cambia si el niño tiene 8 años y sigue hablando con amigos imaginarios, pero en el preescolar, ¡mientras más hable con amigos imaginarios, mejor!”.

La educadora de padres cuenta que muchos padres expresan su preocupación respecto a los amigos imaginarios. “A los padres les preocupa”, explica, “porque los adultos no hacen eso. Pero los adultos no tienen la misma imaginación que los niños”.

Gnass recuerda haber entrado en pánico cuando se enteró de Paco, el amigo imaginario de su hija. “Apenas tenía 2 años y no paraba de hablar de su amigo Paco”, relata Gnass. Gnass consultó al doctor, quien elogió la creatividad de su hija, calificándola como “excelente” y diciendo que su hija mostraba “signos de pensamiento cognitivo avanzado”.

Desde entonces, Gnass ha aprendido que los amigos imaginarios tienen muchas ventajas. Ayudan a los niños a desarrollar relaciones, procesar información y recrear el mundo de los adultos. “Si se sienten indefensos, pueden recurrir a un amigo imaginario para sentirse poderosos”.

Henrike Moll, quien estudia el desarrollo cognitivo de los niños en la Universidad del Sur de California, señala que los amigos imaginarios no son tan comunes como creemos —y que deberíamos apreciarlos mientras duran—. “Dejarán de creer en los amigos imaginarios a medida que crezcan, tal como ocurrirá con el conejo de pascua o Santa Claus”, explica Moll.

Tener un amigo imaginario no significa que tu hijo esté desconectado de la realidad, agrega Moll. “A los 3 o 4 años, la mayoría de niños son muy buenos para diferenciar la realidad de la fantasía”. Por ejemplo, explica Moll, “es probable que tu hijo sepa diferenciar que sus amigos imaginarios y sus amigos reales pertenecen a grupos distintos”.

La importancia de la imaginación para el desarrollo

Independientemente de que tu hijo tenga o no un amigo imaginario habitual, lo más probable es que invente amigos y escenarios para jugar todos los días. Este tipo de juegos que involucran la imaginación tienen muchos beneficios para el desarrollo físico, social, cerebral y del lenguaje. Cuando tu hijo atrapa una mariquita imaginaria o salta entre los sofás porque el suelo es lava ardiente, está desarrollando habilidades motoras.

Además, está desarrollando habilidades fundamentales de la comunicación y el lenguaje. “Cuando se trata de personajes y objetos imaginarios”, explica Gnass, “mientras tú ves la palma de una mano vacía, tu hijo dice: ‘Mira, mamá. Te estoy dando pastel de chocolate y está cubierto de chispas’. Ya que ninguno puede verlo, tu hijo tiene que usar el lenguaje para crear el escenario y describir lo que está imaginando”.

¿En conclusión? Incentiva a tu hijo a perderse en un mundo de pasteles de lodo, amigos imaginarios y suelos de lava. Solo le quedan unos años para disfrutar de esta época mágica donde la imaginación está a la orden del día.

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