La capacidad de leer y escribir, de entender las sutilezas del lenguaje, de pensar y razonar con claridad y de comunicarse de forma efectiva con los demás es fundamental para tener éxito en la escuela y en la vida. Los investigadores han identificado un período de tiempo aproximado que va desde el nacimiento hasta los 8 años y que resulta crucial para el desarrollo de la lectoescritura en los niños.
Los maestros de preescolar desarrollan la lectoescritura exponiendo continuamente a los niños al lenguaje oral y escrito, y aprovechando los conocimientos y experiencias lingüísticas anteriores. Imágenes, juegos y textos se combinan con el lenguaje oral para ayudar a tu hijo a entender la representación simbólica que subyace en la lectura y escritura. El maestro empleará distintas estrategias divertidas e interesantes en el aula de clases para desarrollar la lectoescritura. (También puedes conocer qué esperar en ٱáپ, estudios sociales, ciencia y arte (enlaces en inglés)).
Leer en voz alta:
Un pequeño grupo de niños se concentra alrededor del maestro en el rincón de lectura, escuchando atentamente mientras este lee El gato en el sombrero. Sostiene el libro de manera que todos puedan ver las ilustraciones y hablar sobre ellas. El maestro hace preguntas sobre la historia y los niños hacen predicciones sobre lo que ocurrirá a continuación. Al participar activamente en la historia, los estudiantes de preescolar adquieren habilidades que fomentarán el éxito futuro en la lectura. Aprenden un vocabulario nuevo y entienden la estructura detrás de las historias. Además, experimentan el pensamiento complejo al establecer conexiones entre la historia y el conocimiento que tienen sobre el mundo.
ʴDZí:
Las canciones infantiles, la poesía y la música en general representan una parte fundamental del desarrollo de la lectoescritura, indica la doctora Bernice E. Cullinan, profesora emérita de la Universidad de Nueva York y autora de más de 40 libros sobre la lectura, incluyendo Léeme un cuento: Desarrolla en tus hijos el amor por la lectura. Escuchar y repetir poesía es una forma poderosa de que los niños adquieran conciencia fonémica. Esta es la capacidad de identificar y aislar los sonidos individuales, o fonemas, en las palabras, como la “p” de perro o la “g” de gato —una habilidad fundamental para el éxito futuro en la lectura. Los estudiantes de preescolar aprenden primero de forma indirecta que el habla está compuesta de sonidos, sílabas y palabras al escuchar historias, canciones infantiles, poesía y conversaciones. Desarrollan conciencia fonémica, explica Cullinan, al “jugar con el lenguaje”— maullando como el gato en la historia que está leyendo el maestro o haciendo rimas sin sentido. Los juegos de rimas también ayudan a los niños a pensar sobre el sonido y la estructura de las palabras.
Contar cuentos:
El acto de escuchar enseña a reconocer la estructura de una historia y ayuda a los niños a aprender a predecir resultados, explica Bill Gordh, autor, cuentacuentos y director de artes expresivas en la Escuela Episcopal de la ciudad de Nueva York. Él descubrió que los niños se dejan atrapar por el ritmo de sus historias y las entienden instintivamente, sin necesidad de explicaciones. Una de las ventajas de contar cuentos (frente a la lectura en voz alta de un libro), según Gordh, es que se puede cambiar la historia en función de la respuesta de los niños. Él cree que los niños aprenden el significado de la historia al responder de forma verbal y con gestos físicos. Cuando cuentas una historia, señala Gordh, “solo existen los niños, el lenguaje y tú. Es un momento único. Tienen que recordar la historia porque no podrán volver a leerla en ningún libro”.
Textos:
Para entender cómo funcionan los textos, los estudiantes de preescolar necesitan estar rodeados de ellos, en libros y revistas, en letreros del aula, en carteleras y en las etiquetas de su ropa y objetos personales. Necesitan aprender que las palabras están compuestas por letras, y que las oraciones están formadas por palabras con espacios entre sí. Aprenden que, tanto en español como en inglés, leemos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Se les incentiva a incorporar las letras en sus juegos de fantasía.
El alfabeto:
Los libros y rompecabezas sobre el alfabeto ayudan a los niños a aprender la relación entre sonidos y letras, y les permiten practicar cómo reconocer y distinguir las letras.
Escritura y ortografía improvisada:
La escritura es una parte fundamental de la lectura inicial. Los niños aprenden a leer a través de la escritura, explica Cullinan. Practican usando los símbolos que asocian con cada sonido al escribir con “ortografía improvisada”: En el preescolar, tu hijo será estimulado a escribir leyendas para sus dibujos, escribir historias sobre los mismos y contar historias de acuerdo con sus experiencias e imaginación.
Dramatizaciones:
Los niños ejercitan su imaginación, practican sus habilidades comunicativas y aprenden las sutilezas del lenguaje hablado en los juegos dramáticos y de disfraces.
Computadoras:
Una computadora puede ser una herramienta importante para que los niños aprendan a escribir. Debido a que su reducido control motor sigue en desarrollo, muchas veces a los estudiantes de preescolar les resulta más fácil encontrar las letras que están buscando en el teclado que usar un lápiz para formarlas. El maestro les ayudará a buscar las letras al principio y los estimulará a leer las palabras que escriban y a imprimirlas posteriormente.
10 formas de ayudar con la lectoescritura desde el hogar
- Léele en voz alta a tu hijo todos los días. Elige libros que te gusten, de manera que tu entusiasmo impregne la historia. Haz que tu hijo sea un participante activo en la misma haciéndole preguntas y estimulándolo a predecir lo que ocurrirá a continuación. Asegúrate de incluir canciones infantiles y poesía.
- Asegúrate de que tu hijo te vea leyendo. Hazle saber que es importante para ti y que lo disfrutas.
- Ten libros al alcance de la mano, incluyendo libros de pasta dura que sean fáciles de sujetar.
- Lleva a tu hijo a la biblioteca y consíguele una tarjeta. Acompáñalo a la librería a elegir libros.
- Enséñale a tu hijo a reconocer su nombre. Escríbelo en sus dibujos y en la puerta de su habitación.
- Usa la televisión de manera responsable. Limita el número de programas que puede ver, elige programas que estén relacionados con libros y mírenlos juntos para que puedan hablar sobre los mismos.
- Dale a tu hijo papel y lápices de colores, o marcadores, y pídele que ilustre una carta para la abuela y que escriba leyendas debajo de las imágenes. Permítele usar ortografía improvisada. Pídele que ilustre sus historias y que las lea en voz alta. Diseñen tarjetas navideñas juntos.
- Ayuda a tu hijo a entender la función del texto en el mundo mostrándole letreros en el bus, etiquetas en las zapatillas, carteles de cine y carteles de restaurantes de comida rápida. Demuéstrale la importancia de la lectura y escritura en las tareas cotidianas, involúcralo en la creación de listas de compras y listas de tareas. Cuando vayas a la tienda, déjalo que encuentre la sopa de tomate y el cereal.
- Expande el uso del lenguaje de tu hijo repitiendo sus respuestas y desarrollándolas más. Cullinan sugiere que si tu hijo expresa su deseo de ir a nadar, podrías decir: “¿Estás seguro de que quieres ir a nadar ahora mismo?”. Cuando tu hijo responda, puedes expandir aún más la idea diciendo: “¿Estás completamente seguro de que quieres ir a nadar en este preciso instante?”.
- Si tienes una computadora en casa, enséñale a tu hijo a escribir su nombre. Ayúdalo a encontrar las letras en el teclado. Imprime su nombre y cuélgalo en la puerta de su habitación. Considera instalar programas que incluyan a su personaje de cuentos favorito.