“¡No soy bueno en matemáticas!”. “No sé cómo golpear una pelota de béisbol”. “No puedo tocar esa canción”. ¿Cómo debe responder un padre ante esto? Carol Dweck, la autora de , dice que podemos ayudar a nuestros hijos recordándoles que ellos no han dominado esas cosas “aún”. Por ejemplo: “Aún no eres bueno en matemáticas, solo necesitas un poco más de tiempo para practicar, pensarlo y averiguarlo”. Si tu hijo continúa trabajando en ello, puede alcanzar su objetivo.
Cuando usas la palabra “aún” dice Dweck, le dices a los niños que estas son habilidades que se adquieren con el tiempo a través de la práctica y el esfuerzo. Matemáticas, música y béisbol no son cosas en las que eres bueno o malo. Todos pueden mejorar en ellos. Solo tienen que practicar mucho.
Cuando los niños se sienten frustrados dice Dweck, es importante explicarles que las habilidades aumentan con el tiempo y que las tareas difíciles son las que desarrollan esas habilidades.
Otra cosa importante que se debe hacer es elogiar el proceso. Muchos padres reaccionan ante un niño frustrado y con dificultades diciendo: “Eres inteligente, eres tan inteligente, no te preocupes, eres tan inteligente”.
Eso es contraproducente dice Dweck, porque decirle a los niños que son inteligentes les hace creer que “inteligente” es algo que tienen o no tienen, y que si están teniendo dificultades, no deben ser inteligentes. En cambio, dice ella, elogia el proceso. “Elogia lo mucho que se están esforzando, su enfoque, las estrategias que están usando, el progreso que están logrando con el tiempo. Cuando te enfocas en estas cosas, tu hijo no se sentirá tan frustrado. Comenzará a valorar ese proceso”.
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