El álgebra es una habilidad fundamental para una amplia gama de profesiones que incluye desde informática hasta medicina. Dominar el álgebra también encamina a los estudiantes hacia el éxito universitario independientemente de la carrera que elijan.

La importancia del álgebra

El álgebra es una asignatura obligatoria en cualquier escuela secundaria. Su importancia radica en que suele ser vista como la puerta de acceso a las matemáticas avanzadas.

Haber cursado el primer año de álgebra es un prerrequisito para las matemáticas avanzadas: geometría, álgebra II, trigonometría y cálculo. A través de distintos estudios, los investigadores han descubierto que los estudiantes que cursan más clases de matemáticas de alto nivel en la escuela secundaria tienen mayor tendencia a especializarse en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (en inglés, a este conjunto de carreras se les llama STEM) en la universidad. Los estudiantes que cursan Álgebra II en la escuela secundaria también tienen mayor probabilidad de asistir a la universidad o universidad comunitaria.

El álgebra puede brindar numerosas oportunidades de éxito en el siglo 21. Además, cuando los estudiantes realizan la transición de aritmética al lenguaje simbólico del álgebra, desarrollan las habilidades de razonamiento abstracto necesarias para sobresalir en matemáticas y ciencia.

Sin embargo, cuando los estudiantes fallan en desarrollar una base sólida de matemáticas en la escuela secundaria, se gradúan sin la preparación necesaria para las matemáticas que encontrarán en la universidad o en sus profesiones. Muchos terminan asistiendo a cursos remediales de matemáticas en la universidad, lo cual causa que el proceso de obtener un título universitario resulte más largo y costoso.

¿Cuándo deberían cursar Álgebra I los niños?

Generalmente, los estudiantes cursan álgebra en octavo o noveno grado. Un beneficio importante de estudiar álgebra en octavo grado es que, si tu hijo realiza el PSAT en el segundo año de escuela secundaria, habrá cursado geometría en noveno grado. Cuando esté listo para realizar el SAT (enlace en inglés) o ACT en su penúltimo año de escuela secundaria, habrá completado Álgebra II, cuyo contenido es incluido en ambas pruebas de admisión universitaria.

Si te preguntas si tu hijo está listo para cursar álgebra en octavo grado, habla con su maestro actual. El objetivo es que tu hijo domine el álgebra y se mantenga involucrado con las matemáticas, en lugar de abrirse paso a través del currículo de la forma más rápida y corta posible.

La actitud hacia las matemáticas es importante

Una forma eficaz de ayudar a tu hijo a desarrollar una buena base en matemáticas es incentivarlo a desarrollar una actitud positiva hacia las mismas.

Las investigaciones han demostrado que tener una actitud positiva hacia las matemáticas contribuye a la obtención de calificaciones más altas en pruebas de matemáticas y un mejor entendimiento de las habilidades matemáticas indispensables. Simplemente muestra una actitud positiva hacia las matemáticas y señala cómo estas se emplean en la vida cotidiana.

Cómo saber si tu hijo se encuentra en el nivel que le corresponde

Con el propósito de comprobar si tu hijo está aprendiendo los conceptos que debería dominar según su grado académico, puedes leer sobre las expectativas en cuanto a habilidades matemáticas para el íԻ, primer grado, segundo grado, tercer grado, cuarto grado, quinto grado, sexto grado, séptimo grado y octavo grado según los estándares académicos (Common Core) o revisar (enlace en inglés). La guía describe las expectativas en cuanto a habilidades matemáticas desde la escuela de educación preescolar hasta el último año de escuela secundaria.

Un consejo sobre las tareas

Las tareas pueden brindar pistas sobre si tu hijo está preparado o no para las matemáticas avanzadas. Una hoja de trabajo con 50 problemas que no proporcionan contexto alguno es una señal de alerta. Los problemas asignados como tarea deberían ser ricos en contexto y exigir pensamiento analítico.

No necesitas ser matemático para hacerle preguntas sobre el currículo al maestro de tu hijo. Pregúntale: “¿Esto es un repaso de las operaciones matemáticas que ya deberían haber sido dominadas? Cuando mi hijo termine este año, ¿para qué nivel de matemáticas estará preparado el año que viene?”.

Otras preguntas importantes:

  • ¿Las tareas son corregidas y devueltas de manera oportuna?
  • ¿Las tareas son revisadas en clase de manera que los estudiantes puedan aprender de sus errores?
  • ¿El maestro cambia el ritmo o dirección de la enseñanza según la respuesta de los estudiantes?

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