El preescolar hoy en día implica mucho más que jugar en el arenero. A medida que la escuela primaria se vuelve más rigurosa, el preescolar hace lo propio. Se espera que los niños aprendan ciertas habilidades en el preescolar con el objetivo de que estén preparados para la escuela primaria. Teniendo en cuenta las limitaciones de tiempo del preescolar y la presión por alcanzar el éxito a futuro, ¿dónde encajan los juegos?

Jugar es un trabajo para los niños de preescolar

Los niños son juguetones por naturaleza. Sus primeras experiencias explorando con sus sentidos los conducen a jugar, primero en solitario y eventualmente con otros niños. La Asociación Nacional para la Educación Infantil (NAEYC, por sus siglas en inglés) ha incluido el juego como criterio en su proceso de acreditación de programas para niños pequeños. “Lo ven como un trabajo”, dice Peter Pizzolongo, director asociado para el desarrollo profesional en la NAEYC. “Cuando están aprendiendo y jugando con alegría, es una experiencia positiva. Desarrollan un enfoque positivo para el aprendizaje”.

La función del maestro durante el desarrollo de los niños

A medida que los niños se desarrollan, sus juegos se vuelven más sofisticados. Hasta los 2 años, los niños juegan en solitario y tienen poca interacción con otros. Poco después, comienzan a observar a otros niños jugando, pero puede que no se les unan. Esto resulta particularmente relevante para los niños en entornos de distintas edades, donde los niños más pequeños pueden observar y aprender de los niños más grandes que juegan a su alrededor.

Entre los 2 años y medio y los 3 años, un estudiante de preescolar comienza a jugar sentándose cerca de otro niño, generalmente uno que comparta sus mismos intereses. Ocurre entonces una transición natural, mediante el uso del lenguaje, hacia la etapa inicial del juego cooperativo. Un adulto puede facilitar este proceso al habilitar un espacio para dos o más niños y ayudándoles a encontrar las palabras para expresar sus preguntas y necesidades.

Entre los 4 y 5 años, los estudiantes de preescolar descubren que hay otros niños con intereses similares a los suyos y comienzan a buscar a otros niños con quienes puedan congeniar. Hablan entre sí, negocian y proponen estrategias para crear juegos complejos; aprenden a turnarse; y trabajan en equipo para alcanzar metas en común.

La función del maestro de preescolar en el desarrollo de los juegos es fundamental. “Los padres deberían asegurarse de que el maestro haya preparado el entorno”, indica Pizzolongo “y que esté usando el plan de estudios de forma que le sirva de guía para planificar cómo van a participar los niños en el juego. Sigue siendo una forma estructurada de aprendizaje. Simplemente parece una estructura distinta a la que verías en cuarto grado”.

Tipos de juegos

Los juegos de niños pueden dividirse en varias categorías, pero muchas veces los tipos de juego suelen entremezclarse.

  • ٰáپDz: Juegos de fantasía que involucran disfrazarse, asumir el papel de un personaje, usar juguetes para representar a los personajes de una historia, crear escenarios imaginarios y actuar como un adulto.
  • Manipulativos: Sujetar y manipular juguetes pequeños que son típicamente usados para construir objetos, pero que también se encuentran en rompecabezas, personajes, abalorios, etc.
  • íDz: Usar todo el cuerpo en actividades con bicicletas, pelotas, cuerdas de saltar, aros, estructuras de juego, etc.
  • Creativos: Usar materiales de arte como pintura, arcilla, marcadores, lápices, pegamento, etc. El juego yace en el proceso de usar los materiales, no en el producto final.

Los beneficios de jugar

A través de los juegos, los niños desarrollan habilidades que aplicarán durante sus años de escuela.

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Tanto la motricidad gruesa como la fina se desarrollan a través del juego. Cuando los niños juegan al aire libre, siempre y cuando se sientan cómodos e incentivados, se autoimpulsan a asumir nuevos retos y a desarrollar las habilidades motrices. Desarrollar habilidades motrices finas, tales como manipular objetos pequeños, es una forma de que los niños practiquen usando las manos y los dedos, lo que a su vez desarrolla la fuerza y coordinación fundamentales para las habilidades de escritura. “Cuando eres un estudiante de preescolar o un niño pequeño, tu atención funciona de forma distinta”, explica Pizzolongo. “Tu atención funciona mejor si tu cuerpo está involucrado, la mayor cantidad de partes posibles. Por lo tanto, que los niños aprendan a jugar en un lugar donde estén en contacto físico con materiales e interactúen entre sí es el método más efectivo”.

Lenguaje

Los niños desarrollan las habilidades de lenguaje mediante juegos cooperativos. Su éxito dependerá de la capacidad y paciencia que tengan para explicar su punto de vista. Los maestros repiten las mismas palabras que emplean los niños para facilitar la comprensión de los demás. También enseñan palabras sobre los objetos que a los niños les interesa manipular. Los estudiantes podrían hablar solos mientras juegan con otros niños, para luego comenzar a repetir lo que escuchan o a hablar entre sí. Esto genera una comunicación recíproca en torno a los juegos, la cual se hace cada vez más sofisticada a los 4 años. Ahora los niños establecen las reglas, cumplen roles específicos, expresan sus intereses u objeciones y charlan sobre situaciones divertidas que ocurren durante el juego.

Concepto de sí mismos

Los juegos ayudan a los niños a tener más seguridad en sí mismos. Intentar un truco en una estructura de juego o construir con bloques es trabajo duro para un estudiante de preescolar. Los maestros reconocen estas experiencias al expresar verbalmente lo que observan, y permiten que el estudiante de preescolar se sienta realizado una vez más al oírlas. Los juegos también tienen beneficios terapéuticos que ayudan a todos los niños. Por ejemplo, entender que los padres van a trabajar y volverán a la hora de salida puede ser reforzado mediante el escenario de un juego.

Desarrollo social

Escuchar, negociar y ceder es difícil para un niño de 4 o 5 años. Aunque los niños de esta edad son egocéntricos, o incapaces de ver más allá de sus propios intereses, trabajar en equipo les ayuda a ser conscientes de las diferencias entre las personas que les rodean. Estas experiencias en el preescolar sientan las bases para que el niño aprenda a resolver sus problemas y a comunicarse con sus compañeros. Jugar también ayuda a desarrollar cualidades positivas de liderazgo en los niños con una inclinación natural a dirigir pero que deben aprender a controlar sus impulsos.

Pérdida del juego más adelante

Para muchos niños en edad escolar, su tiempo fuera de la escuela incluye tiempo en solitario, dedicado enteramente a jugar videojuegos y a usar la computadora, así que resulta especialmente crucial para los estudiantes de preescolar que tengan la oportunidad de desarrollarse de forma natural a través de los juegos.

Julie Nicholson, instructora de la infancia temprana en Mills College School of Education en Oakland, California, señala: “Décadas de investigación nos han demostrado que los juegos traen muchos beneficios para los niños, así que tenemos que prestar atención a temas fundamentales como la disminución de los juegos al aire libre, la pérdida de los períodos desestructurados largos para que los niños participen en juegos imaginativos, y el hecho de que los juguetes para niños sean cada vez más violentos, sexualizados y monotemáticos”.

Al elegir un preescolar, pregunta por los juegos

Cuando estés visitando preescolares que te interesen, haz preguntas respecto a la filosofía de los mismos en torno a los juegos. Los estudiantes de preescolar necesitan oportunidades para jugar, espacios preparados que puedan explorar y maestros con capacidad de respuesta que apoyen su aprendizaje. Este tipo de entorno no solo prepara a los niños para convertirse en estudiantes que trabajarán en equipo con sus compañeros y abordarán el aprendizaje con alegría, sino también los vuelve personas más felices que no perderán su amor por los juegos.