Un (enlace en inglés) encontró que usar teléfonos inteligentes tarde en la noche está relacionado con depresión y una autoestima reducida en los adolescentes. En vista de la evidencia reciente de que el tiempo que los adolescentes pasan en sus teléfonos tiene (incluyendo una encuesta que encontró que [enlace en inglés]), tiene sentido imponer una hora límite para el uso de dispositivos tecnológicos (una hora designada cada noche en la cual se apagan todos los dispositivos y se mantienen fuera del alcance de los niños y adolescentes).

El sueño y los teléfonos inteligentes

De acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud, los adolescentes deben dormir entre 9 y 10 horas en la noche debido a su rápido crecimiento. El descanso adolescente se ve interrumpido aún más por el hecho de que, durante la pubertad, los ritmos circadianos cambian, un fenómeno llamado retraso de la fase del sueño. En esencia, los adolescentes no se sienten cansados sino hasta las 10 u 11 de la noche y siguen en modo de descanso pasadas las 8 de la mañana.

Cualquier cosa que interfiera con el sueño que los adolescentes necesitan impactará su funcionamiento, dice Vernon. Pero cuando los chicos (o adultos) se llevan sus teléfonos inteligentes a la cama con ellos, es significativamente perjudicial. Se ha demostrado que la luz de las pantallas afecta la producción de melatonina, lo cual interfiere con la capacidad de dormirse. Y los adolescentes tienen un lazo tan intenso con sus teléfonos que cuesta resistirse al llamado de seguirles la corriente.

¡A apagar las luces!

Si bien puedes hacer muchas cosas para ayudar a tu adolescente a dormir más, dice Vernon, una hora límite para el uso de dispositivos digitales puede ser lo más importante que puedes hacer para la salud física y mental de tu hijo. Idealmente, es mejor si se establece este horario cuando tu hijo adquiera su primer teléfono. Si ya tiene dispositivos en su cuarto, será difícil aplicar una hora límite para el uso de dispositivos digitales por las noches. Pero algunos chicos pueden sentirse aliviados, dice Lisa Medoff, psicóloga clínica y profesora de biología humana de la Stanford University.

“Mientras más pronto lo hagas, más fácil será, pero nunca es demasiado tarde”, dice. “Es un problema que afecta su salud y está bien imponerse y decir: ‘Lo que hemos estado haciendo no funciona. Te cuesta levantarte en las mañanas, puedo ver que está afectando tu humor y necesitamos hacer algunos cambios’”.

Una hora límite para el uso de dispositivos no quiere decir que estás aislando a tu hijo de sus amigos, de la información y del mundo exterior. Es el equivalente moderno a “apagar las luces”. Y mientras lo haces, en lugar de revisar tu propio teléfono una última vez antes de dormir, considera imponerte una hora límite digital también. O establecer una regla familiar que diga que todos los dispositivos se cargan en la noche en la cocina.

“Los adolescentes están acostumbrados a que los adultos sean hipócritas”, dice Medoff. “Cuando intentas que tus hijos cuiden su salud mental y física, es importante para ellos que los padres sean un ejemplo de esto”.

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