Debido a que creci贸 en East Palo Alto 鈥攗na ciudad del 谩rea de la Bah铆a que en alg煤n momento fue m谩s conocida como la capital del crimen de la naci贸n鈥 Marisol Alvarado comprendi贸 la importancia de tener un buen rendimiento escolar.
A diferencia de muchos de sus compa帽eros de clase, Alvarado logr贸 atar cabos entre sus aspiraciones y su realidad. Se gradu贸 en Menlo-Atherton High School con una nota media de 3,9 puntos, casi perfecta, obteniendo una beca completa en la cercana Menlo College, una escuela de negocios de cuatro a帽os. Pero cuando lleg贸 al campus, descubri贸 que su expediente acad茅mico casi perfecto en realidad no la hab铆a preparado para los rigores del trabajo en la universidad. Repentinamente, la estudiante de rendimiento A estaba en apuros, no entend铆a sus deberes para hacer en casa y estaba sacando notas de B y C.
鈥淓ra vergonzoso para m铆 ser consciente de cu谩ntas veces ten铆a que leer la misma secci贸n una y otra vez para comprenderla鈥, recuerda Alvarado, que ahora tiene 30 a帽os. Para el final del primer semestre, ten铆a una media de calificaciones de 2,5 y se tambaleaba por haber ca铆do de su nivel acad茅mico. Ella recuerda llamar a su anterior consejero de la escuela secundaria para llorar y contarle sobre lo dif铆cil que era la universidad.
鈥淢e sent铆a muy perdida鈥, cuenta.
Alvarado no est谩 sola. descubren que, a pesar de sus excelentes notas medias y de haber podido entrar en la universidad, no est谩n preparados para continuar los estudios despu茅s de la escuela secundaria, de acuerdo con el Centro Nacional para las Pol铆ticas P煤blicas y la Educaci贸n Superior. Asistir a cursos de preparaci贸n universitaria, obtener diplomas de la escuela secundaria y pasar ex谩menes estatales para terminar la escuela secundaria, nada de esto es suficiente para garantizar que estos estudiantes est谩n verdaderamente preparados para el trabajo universitario.
鈥淢e sent铆a como una idiota. Era como si no encajaba鈥, dice Alvarado.
Puede ser que no nos sorprenda escuchar que muchos estudiantes brillantes en la escuela secundaria tienen problemas cuando llegan a las clases de la universidad. Pero Alvarado obtuvo notas excelentes en la escuela secundaria. 驴No deber铆an tener al menos garantizada la preparaci贸n universitaria aquellos estudiantes que sacan A?
La brecha de rendimiento en acci贸n
No en el severo mundo de las brechas de rendimiento educativo persistentes. Alvarado, una latina proveniente de una familia de bajos ingresos donde el primer idioma no era el ingl茅s, fue la primera de su familia en asistir a la universidad. La escuela de Alvarado, Menlo-Atherton, ofrec铆a clases de preparaci贸n universitaria rigurosas y otras oportunidades educativas que preparan a los estudiantes para la universidad, pero Alvarado no las recibi贸. Seg煤n ella afirma, podr铆a haberlo hecho, pero ni siquiera sab铆a acerca de las menciones con honores o los cursos AP.
Aunque comenz贸 la escuela secundaria como una estudiante ESL (ingl茅s como segunda lengua, por sus siglas en ingl茅s), Alvarado se inscribi贸 en una academia de inform谩tica dentro de la escuela 鈥減ara estar a la vanguardia tecnol贸gica鈥, seg煤n sus propias palabras. 鈥淧ens茅 que era una preparaci贸n de nivel universitario, pero no fue as铆鈥︹.
A pesar de sus impresionantes calificaciones acad茅micas, ella se encontr贸 en el 鈥渓ado equivocado de la brecha de rendimiento鈥, t茅rmino que se usa para la disparidad en el rendimiento acad茅mico entre los estudiantes desfavorecidos y sus compa帽eros m谩s privilegiados. Aunque Alvarado no ha sido estudiante de Menlo-Atherton High School desde hace a帽os, la calificaci贸n actual de la escuela que le da GreatSchools, es un 8 por encima de la media, y un 3 por debajo de la media para estudiantes de bajos ingresos, lo que muestra que las cosas no han cambiado mucho.
Para salvar la brecha, Alvarado, al igual que el , tuvo que matricularse en clases de recuperaci贸n en la universidad. Las clases de recuperaci贸n 鈥揹ise帽adas para que los estudiantes universitarios se pongan al d铆a desarrollando destrezas b谩sicas en ingl茅s, escritura, lectura o matem谩ticas鈥 se han convertido en una barrera cada vez m谩s com煤n para los estudiantes universitarios de bajos ingresos y pertenecientes a minor铆as. El 42 por ciento de los estudiantes afroamericanos y el 31 por ciento de los estudiantes blancos necesitan clases de recuperaci贸n en la universidad.
Para los estudiantes que requieren clases de recuperaci贸n, la universidad es m谩s larga y m谩s cara. Los estudiantes, por lo general, no pueden inscribirse en clases que son necesarias para su t铆tulo hasta que aprueban las clases de recuperaci贸n. Pero adem谩s, algunos cr铆ticos han sugerido que la mayor铆a de las clases de recuperaci贸n no logran conseguir sus objetivos; atiborran a los estudiantes de informaci贸n, pero no desarrollan las habilidades de pensamiento cr铆tico necesarias para un aprendizaje a nivel universitario. Tal vez este es el motivo por el cual el 50 por ciento de los estudiantes no logra completar sus clases de recuperaci贸n, de acuerdo con un estudio del Departamento de Educaci贸n de los Estados Unidos. Tal vez lo m谩s alarmante es que solo el 17 por ciento de los estudiantes que asistieron a recuperaci贸n de lectura y el 27 por ciento de los estudiantes que se matricularon en recuperaci贸n de matem谩ticas recibieron el t铆tulo de licenciado. Muchos estudiantes abandonan los estudios, o nunca asiten, cuando se enfrentan a clases de recuperaci贸n.
Alvarado est谩 entre los porcentajes positivos. Ella se tom贸 un semestre libre para poder regresar a M茅xico y solucionar su situaci贸n legal en los Estados Unidos. Luego regres贸 a la universidad y asumi贸 en un solo semestre una carga de 18 unidades de cursos de recuperaci贸n en Menlo College y 8 unidades en un instituto universitario para poder ponerse al d铆a con sus compa帽eros.
Al final, la persistencia de Alvarado y su arduo trabajo le permitieron obtener dos t铆tulos de licenciada, uno en Empresariales y otro en Empresariales Internacionales. Con una tenaz determinaci贸n, logr贸 graduarse en cuatro a帽os. En 2010, obtuvo un M谩ster en Sociolog铆a en San Jose State University.
Costos de las clases de recuperaci贸n
La mayor铆a de los estudiantes no son tan afortunados. Adem谩s de los costos a帽adidos de las clases de recuperaci贸n, necesitan m谩s tiempo para aprobar las asignaturas de la universidad, contrayendo deudas de matr铆cula y manteni茅ndoles fuera del mercado de trabajo. Muchos adquieren la deuda sin llegar nunca a poder pagarla.
鈥淓stos estudiantes tienen muchas menos probabilidades de obtener el t铆tulo鈥, observa Alfred Poor, autor de . 鈥淎lgunos estudiantes tienen dificultades para finalizar las clases de desarrollo. Incluso si las terminan, esto extiende su carrera universitaria, lo que significa m谩s tiempo y m谩s gastos鈥.
驴Qu茅 puede hacerse?
La clave, dicen los expertos, es que los padres se aseguren de . Los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan acceso a clases y a experiencias para desarrollar sus destrezas.
Para que los chicos tengan 茅xito en la universidad, necesitan recibir clases de preparaci贸n universitaria, no solo traer a casa buenas notas en sus clases regulares. Necesitan sentirse c贸modos leyendo textos complejos y aprender a persistir en descifrar problemas matem谩ticos que constituyan desaf铆os para ellos. 鈥淐uando los padres se involucran en la educaci贸n de su hijo, y vienen a visitarlo, el ni帽o lo hace mejor鈥, afirma el Dr. Patrick Coggins, profesor de educaci贸n y educaci贸n multicultural en la Universidad de Stetson, en Florida. Esto no significa invertir horas en PTA, sino por el contrario, ayudar a su hijo a seleccionar clases, reunirse con asesores acad茅micos y saber que 茅l o ella est谩 haciendo lo que le corresponde para lograr su objetivo, asistir a clase y entregar las tareas, por ejemplo.
Para los padres cuyos hijos ya se enfrentan a la posibilidad de las clases de recuperaci贸n, los expertos sugieren utilizar la universidad comunitaria (community college) como un puente hacia la universidad de cuatro a帽os. La universidad comunitaria puede ser de gran ayuda para los estudiantes de bajo rendimiento, afirma Coggins, 鈥渟i a un estudiante no le fue bien en la escuela secundaria tendr谩 que luchar mucho cuando llegue a la universidad鈥. m谩s ligera hacia la educaci贸n superior, con ambientes de clases m谩s familiares y hogare帽os, m谩s cercanos en tama帽o y estilo a la escuela secundaria.
Cuando los padres no pueden ayudar con la parte acad茅mica, pueden ayudar poniendo en contacto a su hijo con los maestros, tutores, asesores o posibles mentores. Alvarado, que ha visto a demasiados amigos y amigas de su vecindario conseguir trabajos poco remunerados en el sector de servicios, quedar embarazadas o no terminar la escuela secundaria, est谩 de acuerdo. Para Alvarado, un maestro de matem谩ticas de sexto grado que se preocupaba, un asesor de escuela secundaria con el que hablaba con regularidad y otros mentores en su escuela secundaria marcaron una gran diferencia. Ellos le ofrecieron a alguien motivador y comprensivo a quien poder llamar cuando una nota de 2,5 en ese primer semestre de universidad le hizo sentir que su mundo se tambaleaba.
鈥淢e animaron a esforzarme en la escuela, a esforzarme en la universidad, y me ense帽aron que hacer mis tareas era una prioridad鈥, cuenta Alvarado.
Ahora que es directora de programas en el Catholic Charities Youth Club, un programa extracurricular en East Palo Alto, Alvarado entiende el ciclo completo de la brecha de rendimiento en el camino a la universidad. Ella ayuda a los estudiantes a navegar a trav茅s del sistema educativo, a aprender a estudiar, a encontrar clases de colocaci贸n avanzada y a hacer planes para la universidad. Los estudiantes en su programa se comprometen a ser los primeros en su familia en graduarse de la escuela secundaria e ir a la universidad.
鈥淨ueremos darles la oportunidad鈥, dice Alvarado. 鈥淒eseamos mostrarles que hay una diferencia entre una carrera profesional y un trabajo鈥.