Los padres pueden sentirse más alterados que sus hijos cuando reciben una “carta de rechazo”, como las llaman las universidades. Es entendible que los padres quieran proteger a sus hijos del dolor del rechazo. A pesar de estos instintos, es mejor dejar que el chico reciba y procese la noticia sobre la admisión a la universidad primero. No es buena idea hacer de la búsqueda del correo una carrera ni tampoco es recomendable que abras el correo de una universidad que vaya dirigido a tu hijo. Sin embargo, los padres pueden ayudar a poner las decisiones de admisión en perspectiva.

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Tu hijo puede interpretar el rechazo de una institución como un indicador de que no tiene lo necesario para triunfar. Tú puedes tranquilizarlo diciéndole que la admisión a la universidad no es un juicio de la sociedad. Las universidades tienen múltiples motivos por los cuales rechazar a los estudiantes y siempre está el aspecto del azar en el proceso. Ni los padres ni los hijos deben tratar el rechazo como un fracaso personal.

El mérito estudiantil no es el único factor en la decisión de la institución. Las instituciones también deben cumplir con sus propias necesidades de una población diversa o fortalecer los equipos deportivos o programas de carreras específicas. Ni los padres ni los hijos deben tratar el rechazo como un fracaso personal.

Qué hacer si no aceptan a tu hijo en ningún lado

¿Qué pasa si tu hijo no es aceptado en ninguna de las universidades a las que se postuló? Esto puede suceder cuando los estudiantes se postulan solamente a instituciones muy selectivas o a muy pocas, o si sus notas del último año no son las mejores. Esto requiere una reevaluación de la situación de tu hijo, pero claro que no es el fin del mundo. Tu hijo aún puede postularse a las instituciones que aún tienen matrículas abiertas. Si las circunstancias tales como resultados de exámenes o notas cambian, puede volver a postularse a la misma institución.

Consulta con la oficina de admisiones de la universidad para saber cómo volver a postularse e incentiva a tu hijo a buscar consejos del orientador de su escuela secundaria. Las universidades pueden cometer errores y el estudiante puede apelar una decisión de admisión, pero es poco común que estas apelaciones tengan éxito. Por último, tu hijo puede considerar asistir a una universidad comunitaria para luego transferirse a la institución de su preferencia.

¿En la lista de espera?

Las universidades crean una lista de espera de estudiantes para asegurarse de que las clases de primer año estén llenas; tienen que asumir que un porcentaje de los estudiantes aceptados no se inscribirá. Este sistema beneficia a la institución, pero es poco considerado con los padres y estudiantes. Si tu hijo recibe un aviso de que está en la lista de espera, ayúdalo a decidir si realmente quiere asistir a esa institución antes de aceptar quedarse en la lista. Si lo aceptan, es probable que solo tenga un par de días para decidir. Además, investiga las condiciones a las cuales está sujeta la lista de espera: tu hijo podría perder opciones de residencia o ayuda financiera.

Cómo escalar y salir de la lista de espera

Las instituciones a veces tienen rangos para sus listas de espera. Mientras más arriba esté tu hijo en la lista de espera, mayor probabilidad tendrá de ser aceptado. Estar en la lista de espera significa que la institución ha determinado que tu hijo tiene las credenciales académicas, por lo que otros factores no académicos pueden influenciar a los funcionarios de admisiones. Incentiva a tu hijo a enviar una carta persuasiva donde explique por qué quiere asistir allí. Puede indicar que, si lo aceptan, se va a inscribir, pero solo puede hacer esa promesa si está completamente seguro de ello. También puede solicitar la ayuda de un exalumno y de su orientador en la escuela secundaria. Motívalo a que programe una segunda entrevista con los funcionarios de admisiones.

Las instituciones no decidirán a quiénes admitir de la lista de espera hasta que la fecha límite de decisiones del 1 de mayo haya pasado. Por lo que debes preparar a tu hijo para que asista a otra universidad completando los trámites y enviando un depósito. Si tu hijo es aceptado y sale de la lista de espera, perderás el depósito de la primera universidad y tendrás que enviar otro depósito a la segunda.

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Las investigaciones muestran que 9 de cada 10 estudiantes entran a la primera o segunda universidad de su preferencia, por lo que es probable que tu hijo vea pronto cómo se acumulan los sobres. Motiva a tu hijo a tomarse su tiempo para decidir a qué universidad asistir. Tu hijo no debería tomar una decisión final hasta haber recibido respuesta de todas las universidades a las que se postuló y probablemente no necesite tomar ninguna decisión hasta la fecha límite del 1 de mayo.

Revisen los criterios de selección de la universidad

Haz que tu hijo vuelva a revisar los criterios de selección de su universidad. Utiliza el buscador de universidades de College Board para comparar las universidades lado a lado y determinar cómo cumplen con los requisitos de tu hijo en el tamaño, distancia, actividades extracurriculares y otros factores. Vuelvan a visitar las universidades de ser posible. Muchas universidades tienen “días para los estudiantes admitidos” donde la institución saca todas sus cartas para convencer a los estudiantes de asistir allí. Motiva a tu hijo a caminar por el campus solo, a visitar un salón de clases, el comedor y otros sitios importantes para tener una idea de la vida real en esa universidad.

Compara los beneficios financieros

Por último, deben considerar el ámbito financiero. Utiliza la página (enlace en inglés) de College Board para determinar cuáles universidades cumplen mejor con tus necesidades financieras y las de tu hijo. Podrás ver una comparación lado a lado (incluyendo el porcentaje de la ayuda otorgada y de préstamo de cada beneficio) para calcular los gastos reales de tu familia en cada universidad. La herramienta también proporciona un resumen de opciones financieras alternativas.

Tomando la decisión final

Es momento de decidir. Tener demasiadas opciones puede ser un dilema con beneficios, pero también puede ser difícil para tu hijo tomar la que quizás sea su primera decisión independiente de su vida adulta. Puedes ayudarle recordándole que ninguna universidad es perfecta. Las estadísticas demuestran que lo que tu hijo haga en la universidad tiene más repercusiones en su éxito futuro que el nombre de la universidad a la que asistió.
Si a tu hijo le está costando mucho decidir, no asegures las opciones enviando un depósito a más de una universidad. Esto es injusto para los funcionarios de admisiones y para los estudiantes en lista de espera. También puede resultar en la anulación de una admisión. Algunas instituciones comparten su información y verifican si hay depósitos dobles.

Por último, la carta de aceptación llegará por correo. Deben enviar mensajes cortos de agradecimiento a las demás universidades donde rechazan su invitación para asistir a ellas. Antes de que te des cuenta, las agonías del proceso de postulación a universidades habrán terminado y la aventura del primer año habrá comenzado. Has proporcionado mucho apoyo y trabajo a lo largo del camino, lo que asegurará que, sea cual sea la universidad a la que asista, tu hijo estará en camino al éxito.

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